jueves, 16 de julio de 2015

Oratoria:

Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia.  En segundo lugar, es también un género literario formado por el discurso, la arenga, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras varias.


Consejos para ser un buen orador:

Antes de plantear una intervención es preciso conocer el lugar donde se va a dar la conferencia, para no dejarse llevar por las influencias del mismo. Tanto comportamiento, como presentación, ademanes, trato, lenguaje, postura, deben variar en función del recinto donde nos encontremos.

La puntualidad y la asistencia de prisa son los aspectos más importantes tanto como el hecho de apagar el móvil ante los disectores, llevar clasificados y ordenados todos los documentos necesarios, no mirar nunca al reloj, cuidar el aliento y el perfume, mirar siempre a los ojos de una persona, y mantener las formas y el tono de la voz.

Comprobar la superficie de trabajo (atril, mesa). Evite excesivos desplazamientos y realice un guion si tiene que utilizar varios soportes a la vez.

Formas de oratorias:

Según la cantidad de oradores, se clasifica en:

  • Oratoria individual:


Porque hace uso de la palabra, sin la participación de otra u otras personas, se dice que está utilizando la oratoria individual. Ésta es quizá una de las formas elocutivas de más arraigo en el ámbito social pues es de uso obligatorio en todas las medidas y esferas donde el hombre desenvuelve su vida física, afectiva y laboral.

  • Oratoria grupal:


Se caracteriza por la presencia de dos o más personas en el estrado hablando.


Géneros de oratorias:

Originalmente, la oratoria se dividía en varias partes. Anaxímenes de Lámpsaco propuso una clasificación tripartita que asumió después Aristóteles.

·         Oratoria forense o judicial:

La oratoria judicial o forense se ocupa de acciones pasadas. Al género judicial lo califica un juez o tribunal que establecerá conclusiones aceptando lo que el orador presenta como justo y rechazando lo que presenta como injusto.

·         Oratoria política o deliberativa:

La oratoria política se ocupa de acciones futuras. Al género deliberativo o político lo califica el juicio de una asamblea política que acepta lo que el orador propone como útil o provechoso y rechaza lo que propone como dañino o perjudicial.

·         Oratoria  demostrativa:

El género demostrativo se ocupa de hechos pasados, pero, al contrario que el género judicial, se dirige a un público que no tiene capacidad para sancionar los hechos mismos, o influir sobre el asunto tratado; sino tan solo de asentir o disentir sobre la manera de presentarlos que tiene el orador, alabándolos o vituperarlos. Está centrado en lo bello y en su contrario, lo feo. Sus polos son, pues, el encomio y el denuesto o vituperio.

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